Oración al Ángel de la Guarda para pedir ayuda
Ángel Santo, amado de Dios,
que después de haberme tomado,
por disposición divina,
bajo tu bienaventurada guarda,
jamás cesas de defenderme,
de iluminarme y de dirigirme:
yo te venero como a protector,
te amo como a custodio;
me someto a tu dirección
y me entrego todo a ti,
para ser gobernado por ti.Te ruego, por lo tanto,
y por amor a Jesucristo te suplico,
que cuando sea ingrato para ti
y obstinadamente sordo a tus inspiraciones,
no quieras, a pesar de esto, abandonarme.Antes al contrario,
ponme pronto en el recto camino,
si me he desviado de él,
enséñame, si soy ignorante;
levántame, si he caído;
sostenme, si estoy en peligro
y condúceme al cielo
para poseer en él una felicidad eterna.Amén.
Los peligros inminentes en la vida, hoyestán más allá de descontrol que antes. Robos, asaltos, asesinatos, represiones, son el triste panorama cada día en nuestro mundo. Cristo lloralágrimas de sangre, cada vez que observa estos sucesos, pero no por ello, dejará de desatender a sus hijos.
El Ángel de la Guarda es quien nos cuida, quien sigue nuestros pasos y nos libera de grandes peligros, los cualesen la mayoría de los casos ignoramos y no nos damos cuenta de los enormes favores que este ángel nos ofrece.
No por nada, Jesús dijo a sus discípulos cuando era apresado “Si así lo quisiera, llamaría mi Padre a sus legiones de Ángeles para que, me defendieran”, claro en ese momento debía cumplirse la escritura, pero hoy tú, puedes dar plena fe, de que el ángel de la Guarda, alejará todo mal de tu camino.
Recuerda cuando estés en medio de una situación peligrosa, la cual sea difícil de escapar, invoca a tu Ángel de la guarda y a Cristo Jesús y veras como el Señor te protege a ti y a los tuyos de un mal inminente, no dudes de su poder, ni por un instante. La Gloria del Señor es más grande que el universo mismo.
Si Cristo confía en los Ángeles, uno de ellos fue quien anuncio a la virgen que sería la madre del Salvador, no tienes tú, como ser humano, pensar que este no pondrá sus alas en medio de cualquier peligro y que el fuego de su espada alejar a todo vestigio de mal a tu paso, para que tus pies queden libres de las malas intenciones del maligno.
La Sangre de Cristo tiene poder y combinada con la acción batalladora de los ángeles, no habrá maleficio de los abismos, que llegue a perturbar tú ser.